Casi como un accidente, a los 12 años me regalaron una computadora Commodore 64, que venía con una serie de programas entre los cuales había una máquina de ritmos. Me encontraba armando beats por horas con esa máquina…

Unos años más tarde, llamó mi atención la guitarra. Comencé a estudiar y en algún punto me pregunté si quizás hubiese una forma de enlazar mis dos actividades favoritas, la computación y la música.

Corría el año 1987 y decidí comprar una computadora IBM AT 286, que era una especie de hermoso dinosaurio blanco. Esto fue antes de Windows, Internet, celulares etc…
No había de donde sacar información, por lo que me convertí en un curioso incansable y por ese entonces alguien me sugirió comprar una interface MIDI.
Hasta ese momento esas cuatro letras no significaban nada para mi.
Cuando pude enlazar un teclado externo con la computadora, grabar y reproducirlo usando los sonidos del teclado a través este nuevo protocolo… caí enamorado para siempre de la producción musical.

Dentro de poco cumpliré 40 años desarrollando esta actividad, y cada día que pasa me enamoro más al mismo tiempo que me sorprendo y abrazo todos los avances tecnológicos que la industria provee.
Hoy sigo grabando, produciendo, mezclando, masterizando, enseñando y… APRENDIENDO!

Finalmente me han tocado vivir de primera mano hitos importantísimos en la industria: El nacimiento del MIDI, el nacimiento del CD, el primer editor de audio digital, el primer DAW, las primeras versiones de lo que posteriormente sería Pro Tools, el crecimiento de los DAWs, los primeros instrumentos virtuales…
Hoy estamos en otro giro de la industria del audio, y agradezco hallar siempre nuevas «olas para surfear» en este mundo tan maravilloso.

Ha sido un hermoso viaje hasta aquí… lo mejor está por venir.